Un puente hacia nosotros mismos

En las culturas occidentales ha existido y parece que en algunos contextos todavía existe  una tendencia histórica a considerar el cuerpo humano de dos formas contradictorias.

Se considera el cuerpo como una fuente de placer pero también como un elemento pecaminoso y a la vez distinto de la mente, que parece que es más sutil.

En las últimas décadas se han producido diversos esfuerzos, intelectuales, psicológicos y espirituales con la intención de establecer un puente entre estas dos visiones, con el fin de lograr un compromiso más integrador del cuerpo aunque en algunos casos y contextos todavía parece que no es suficiente.

«El movimiento y el arte se inspiran mutuamente. El proceso creativo de vivir el arte, el movimiento y la vida de cada uno es el mismo»

Barbara Mindell

Pero parece que todavía le tenemos miedo al cuerpo.

Parece que todavía es arriesgado despertar las experiencias arcaicas más dolorosas y las zonas muertas que constituyen sus huellas, en definitiva, asumir la responsabilidad del estado de nuestro cuerpo, tomar poco a poco conciencia de él hasta sentir la propia vida tomar cuerpo.

Hacerse cargo de uno mismo y correr con los gastos de la propia madurez.

Pero aunque no seamos conscientes, nos corresponde a nosotros tomar esa decisión.

La invitación pues es ayudarnos de ejercicios que nos permitan la profundización en la afectividad y en la intimidad que uno experimenta consigo mismo  ya que están asociados con el incremento del flujo de la oxitocina, un neurotransmisor hormonal que favorece el amor y la bondad.

Relajar los brazos y las manos

Esta es una sesión corta que puedes realizar cuando estás muchas horas trabajando en el  ordenador o estudiando, si tocas algún instrumento musical  o cuando sientes que tienes tus hombros, brazos y manos muy cargados, muy tensionados o sientes alguna molestia.

Son movimientos fáciles que te pueden ayudar y que no requieren de mucho tiempo.

 

https://youtu.be/zXGmPC_ZTwQ?si=koFlu-vgw6g3HAT0

 

Los beneficios de la Dieta Keto: Más allá de la pérdida de peso

 

La dieta cetogénica, o dieta keto, es un enfoque alimenticio que se basa en consumir alimentos altos en grasas, moderados en proteínas y bajos en carbohidratos, induciendo al cuerpo a un estado metabólico llamado cetosis principalmente a través de la restricción severa de carbohidratos. Cuando se reduce drásticamente la ingesta de carbohidratos, el cuerpo se ve privado de su principal fuente de energía, la glucosa. En respuesta, el hígado comienza a descomponer las grasas almacenadas en ácidos grasos y cuerpos cetónicos, que son moléculas de energía alternativas. Estos cuerpos cetónicos se convierten entonces en la principal fuente de combustible para el cuerpo y el cerebro en ausencia de glucosa. Este cambio en el metabolismo es lo que se conoce como cetosis, un estado en el que el cuerpo quema grasas de forma eficiente para obtener energía.

Pérdida de peso y control de la glucemia 

La dieta cetogénica puede ayudar a perder peso principalmente al reducir los niveles de insulina y aumentar la quema de grasa de varias maneras:

  1. Reducción de la ingesta de carbohidratos: Al limitar la cantidad de carbohidratos en la dieta, se reduce la necesidad de producir grandes cantidades de insulina. Los carbohidratos, especialmente los refinados y los azúcares, tienden a elevar los niveles de insulina en el cuerpo. Al reducirlos, se minimiza la liberación de insulina, lo que puede ayudar a prevenir el almacenamiento de grasa y promover la pérdida de peso.
  2. Estabilización de los niveles de glucosa en sangre: Al depender menos de los carbohidratos como fuente de energía, se evitan los picos de azúcar en la sangre que pueden desencadenar la liberación de insulina. Mantener los niveles de glucosa en sangre estables ayuda a reducir los antojos de alimentos y a controlar el apetito, lo que puede facilitar la pérdida de peso.
  3. Aumento de la quema de grasas: En estado de cetosis, el cuerpo recurre a las reservas de grasa como fuente de energía primaria. Al estar en un estado metabólico en el que la grasa se convierte en la principal fuente de combustible, se aumenta la quema de grasas tanto durante el ejercicio como en reposo, lo que favorece la pérdida de peso.
  4. Mayor saciedad: Las dietas cetogénicas suelen ser ricas en grasas y proteínas, que son nutrientes que proporcionan mayor sensación de saciedad en comparación con los carbohidratos. Esto puede ayudar a reducir la ingesta de alimentos y las calorías totales, lo que contribuye a la pérdida de peso.

La dieta cetogénica ha sido objeto de estudio en relación con su efectividad para mejorar el control glucémico en personas con diabetes tipo 2. Aquí hay algunos estudios relevantes:

  1. Estudio piloto de 2008: Publicado en Nutrition & Metabolism, este estudio encontró que una dieta cetogénica baja en carbohidratos mejoró significativamente el control glucémico en pacientes con diabetes tipo 2 en comparación con una dieta baja en calorías y baja en grasas.
  2. Revisión sistemática y metaanálisis de 2017: Publicado en BMJ Open Diabetes Research & Care, este análisis examinó varios estudios y concluyó que las dietas bajas en carbohidratos, incluida la dieta cetogénica, pueden ser efectivas para mejorar los marcadores de glucemia en personas con diabetes tipo 2.
  3. Estudio de revisión de 2019: Publicado en Nutrients, esta revisión examinó la evidencia sobre el efecto de la dieta cetogénica en el control glucémico en personas con diabetes tipo 2. Se encontró que la dieta cetogénica mejoró significativamente los niveles de glucosa en sangre, la hemoglobina A1c y otros marcadores metabólicos en varios estudios.

Beneficios para la salud mental

Se ha observado que la cetosis puede tener efectos antiinflamatorios en el cuerpo, lo que puede ser beneficioso para el cerebro. Algunos estudios sugieren que una dieta cetogénica puede disminuir la producción de citoquinas proinflamatorias y reducir la activación de vías inflamatorias en el cerebro. La inflamación crónica está relacionada con diversas enfermedades neurodegenerativas, por lo que reducir la inflamación puede tener efectos protectores en el cerebro.

Durante la cetosis, el cuerpo produce cuerpos cetónicos, como el beta-hidroxibutirato, que pueden proporcionar una fuente alternativa de energía para el cerebro. Se ha sugerido que los cuerpos cetónicos pueden ser una fuente de energía más eficiente que la glucosa, especialmente en ciertas condiciones patológicas del cerebro, como la enfermedad de Alzheimer. Además, se ha demostrado que los cuerpos cetónicos tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que pueden proteger las células cerebrales del estrés oxidativo y la inflamación.

Por otra parte, la cetosis puede mejorar la función mitocondrial en el cerebro al aumentar la eficiencia de la producción de energía. Las mitocondrias son las «centrales eléctricas» de las células y desempeñan un papel crucial en la producción de energía y la protección contra el estrés oxidativo. Algunos estudios sugieren que la cetosis puede aumentar la biogénesis mitocondrial y mejorar la función mitocondrial en el cerebro, lo que puede tener efectos neuroprotectores.

Mayor energía y rendimiento físico

Algunas personas experimentan un aumento de energía y mejoras en el rendimiento físico una vez que se adaptan a la alimentación cetogénica. Estudios han demostrado que la cetosis puede mejorar la resistencia y la capacidad de ejercicio en atletas de resistencia.

  1. Estudio de Volek y colaboradores (2016): Investigaron el efecto de una dieta cetogénica baja en carbohidratos en la resistencia de atletas de resistencia. Encontraron que los atletas que siguieron la dieta cetogénica experimentaron una mayor capacidad de oxidación de grasas y una mejora en la resistencia aeróbica en comparación con los que siguieron una dieta alta en carbohidratos.
  2. Estudio de Cox y colaboradores (2016): Analizaron el rendimiento de ciclistas entrenados que siguieron una dieta cetogénica durante cuatro semanas. Descubrieron que la dieta cetogénica mejoró significativamente la capacidad de resistencia y la oxidación de grasas durante el ejercicio en comparación con una dieta alta en carbohidratos.

Control del hambre y mejora del perfil lipídico

La dieta keto puede ayudar a controlar el hambre y los antojos al reducir los picos de insulina y aumentar la sensación de saciedad, junto con una mejora del perfil lipídico, es decir, mejorando los niveles de lípidos en la sangre de las siguientes formas:

  1. Reducción de los triglicéridos: La dieta cetogénica tiende a reducir los niveles de triglicéridos en la sangre. Al limitar la ingesta de carbohidratos y aumentar la proporción de grasas saludables en la dieta, el cuerpo tiende a utilizar más eficientemente los ácidos grasos, lo que puede conducir a una disminución de los triglicéridos en la sangre.
  2. Aumento del colesterol HDL: La dieta cetogénica puede aumentar los niveles de lipoproteínas de alta densidad (HDL), comúnmente conocido como colesterol «bueno». El HDL ayuda a eliminar el exceso de colesterol de las arterias y lo transporta de vuelta al hígado para su eliminación, lo que puede reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular.
  3. Reducción del colesterol LDL pequeño y denso: La dieta cetogénica puede ayudar a cambiar la composición del colesterol LDL (lipoproteínas de baja densidad). Se ha observado que reduce la cantidad de partículas de LDL pequeñas y densas, que están asociadas con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, y puede favorecer un perfil de LDL más grande y menos denso, que es menos aterogénico.
  4. Reducción de la resistencia a la insulina: La dieta cetogénica puede mejorar la sensibilidad a la insulina y reducir la resistencia a la insulina, lo que puede tener efectos positivos en el perfil lipídico. La resistencia a la insulina está relacionada con un aumento de los niveles de triglicéridos, una disminución del HDL y una mayor producción de partículas de LDL pequeñas y densas.

En resumen, la dieta cetogénica no solo puede ayudar en la pérdida de peso y el control de la glucemia, sino que también puede ofrecer beneficios adicionales para la salud mental, el nivel de energía y el rendimiento físico. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los efectos pueden variar según el individuo y es crucial consultar con un profesional de la salud antes de comenzar cualquier programa dietético significativo.

Cinco plantas medicinales para el manejo de la hipertensión arterial

La hipertensión arterial es una condición médica caracterizada por una presión sanguínea elevada en las arterias. Se considera hipertensión cuando la presión arterial sistólica es igual o mayor a 140mmHg y/o la presión arterial diastólica es igual o mayor a 90mmHg, medida en reposo y en diversas ocasiones. Se considera un factor de riesgo importante para enfermedades cardiovasculares como el infarto de miocardio, accidente cerebrovascular, enfermedad renal y otras complicaciones graves si no se controla adecuadamente.

La hipertensión arterial es una condición multifactorial, lo que significa que diversos factores pueden influir en su desarrollo y progresión. Algunos de los aspectos más relevantes que contribuyen a la hipertensión arterial incluyen:

Genética: La predisposición genética juega un papel importante en la hipertensión arterial. Las personas con antecedentes familiares de hipertensión tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.

Estilo de vida: Factores como la dieta poco saludable (alta en sodio, grasas saturadas y baja en frutas, verduras y fibra), la inactividad física, el consumo de alcohol y el tabaquismo pueden contribuir al desarrollo de la hipertensión arterial.

Obesidad: El exceso de peso corporal, especialmente la obesidad abdominal, está fuertemente asociado con un mayor riesgo de hipertensión arterial. El tejido adiposo produce sustancias que pueden afectar negativamente la función de los vasos sanguíneos y la presión arterial.

Niveles de estrés: El estrés crónico puede aumentar la presión arterial, ya sea mediante la activación del sistema nervioso simpático o la adopción de comportamientos poco saludables, como la ingesta excesiva de alimentos poco saludables o el consumo de alcohol y tabaco.

Edad: La incidencia de hipertensión arterial aumenta con la edad. A medida que envejecemos, las arterias tienden a volverse menos elásticas, lo que puede provocar un aumento en la presión arterial.

Condiciones médicas subyacentes: Algunas enfermedades, como la enfermedad renal crónica, la apnea del sueño, los trastornos hormonales (como el hipotiroidismo o el hipertiroidismo), la diabetes y las enfermedades del corazón, pueden contribuir al desarrollo de la hipertensión arterial.

Consumo de sodio: El exceso de sodio en la dieta puede provocar retención de líquidos y aumento de la presión arterial en algunas personas. La sensibilidad al sodio varía de una persona a otra, pero en general, reducir la ingesta de sodio puede ayudar a controlar la presión arterial.

Consumo de potasio: Una dieta rica en potasio, a través de alimentos como frutas, verduras y legumbres, puede ayudar a contrarrestar los efectos del sodio en la presión arterial y promover la salud cardiovascular.

Es indispensable abordar estos aspectos mediante cambios en el estilo de vida saludable y, en algunos casos, mediante el tratamiento médico adecuado para controlar la presión arterial y reducir el riesgo de complicaciones cardiovasculares. Hoy en día, existen distintos tipos de fármacos antihipertensivos, y cada uno funciona de manera diferente para reducir la presión arterial. Algunos de los tipos más comunes incluyen: Los Inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA), Bloqueadores de los receptores de angiotensina II (BRA), Bloqueadores de los canales de calcio, Diuréticos, Betabloqueantes y los Inhibidores de la renina.

Las plantas medicinales han sido utilizadas durante siglos en diferentes culturas como una forma de tratamiento para una variedad de condiciones de salud, incluida la hipertensión arterial. Algunas plantas medicinales han demostrado tener efectos beneficiosos en la reducción de la presión arterial, ya sea directamente o a través de otros mecanismos que benefician la salud cardiovascular. Las siguientes cinco plantas medicinales son valoradas por sus efectos en la hipertensión arterial:

  1. Ajo (Allium sativum): El ajo ha sido ampliamente estudiado por sus propiedades hipotensoras. Contiene compuestos como alicina, que pueden ayudar a relajar los vasos sanguíneos y reducir la presión arterial.
  2. Espino (Crataegus spp.): Las preparaciones de espino se han utilizado tradicionalmente para tratar problemas cardíacos, incluida la hipertensión. Se cree que los flavonoides y otros compuestos presentes en el espino tienen efectos beneficiosos en la función cardiovascular, incluida la reducción de la presión arterial.
  3. Olivo (Olea europaea): Las hojas de olivo contienen compuestos como el oleuropeína, que se ha demostrado que tienen efectos hipotensores al ayudar a dilatar los vasos sanguíneos y mejorar el flujo sanguíneo.
  4. Hibisco (Hibiscus sabdariffa): El té de hibisco se ha estudiado por su capacidad para reducir la presión arterial. Se cree que los antioxidantes y otros compuestos presentes en el hibisco pueden tener efectos vasodilatadores y diuréticos, lo que ayuda a reducir la presión arterial.
  5. Pasiflora (Passiflora incarnata): La pasiflora se ha utilizado tradicionalmente como un sedante suave y también se ha estudiado por sus efectos en la reducción de la presión arterial. Se cree que algunos de sus compuestos tienen propiedades relajantes que pueden ayudar a reducir el estrés y la presión arterial.

Es importante tener en cuenta que si bien algunas plantas medicinales pueden proporcionar beneficios en el tratamiento de la hipertensión arterial, no deben considerarse como un reemplazo completo de los medicamentos recetados por un profesional de la salud. Además, es crucial consultar con un profesional de la salud antes de comenzar cualquier tratamiento con plantas medicinales, especialmente si ya está tomando medicamentos para la presión arterial u otras condiciones médicas, ya que algunas plantas pueden interactuar con ciertos medicamentos.

Aprender a soltar

Muchos de nosotros dedicamos gran parte de nuestra vida a construir nuestra zona de confort, pero es esencial recordar que a veces no nos beneficia. Por ejemplo, cuando nos aferramos a relaciones, trabajos o mentalidades que ya no nos sirven. A pesar del miedo, salir de esa zona puede ser necesario para nuestro crecimiento.

Aprender a soltar es un acto de valentía y autocuidado. Dejar ir aquello que no podemos cambiar nos permite vivir el presente y construir un futuro lleno de posibilidades y crecimiento. Se trata del acto de aceptar que hay situaciones y personas que escapan a nuestro control. Al liberarnos de la carga de intentar manejarlo todo, podemos concentrar nuestra energía en lo que realmente importa, es decir, en nosotros mismos.

Aprender a soltar es un proceso gradual que requiere práctica y paciencia, pero los beneficios que trae consigo son invaluables. Al hacerlo, abrimos espacio para nuevas oportunidades y experiencias que enriquecen nuestra vida y nos permiten evolucionar como individuos, dejando de lado cualquier tipo de expectativa. Es importante recordar que soltar no es un acto de debilidad, sino de empoderamiento. Nos permite crecer, aprender y adaptarnos a los cambios de la vida con una mente abierta y un corazón ligero. Al soltar, nos liberamos de ataduras emocionales y nos permitimos fluir con mayor armonía en nuestro camino.

Aprender a soltar es estar dispuesto a confrontar la incertidumbre y estar preparado para despedirse de relaciones que ya no te nutren. Es un proceso de reflexión profunda que puede implicar cambios significativos en tu vida y en tu manera de relacionarte contigo mismo y con los demás. Recuerda que la expansión y  el crecimiento personal a menudo vienen acompañados de momentos de transformación y reajuste, abriendo la puerta a nuevas oportunidades y experiencias. Aceptar que algunas relaciones ya no te aportan lo que necesitas es un acto de amor propio y autenticidad. Al liberarte de lo que te limita, das espacio para que nuevas conexiones y aprendizajes florezcan en tu vida. Cada despedida es también un nuevo comienzo, una oportunidad para crecer y evolucionar hacia la mejor versión de ti mismo.

Ten presente que aquello a lo que te apegas o te causa gran dependencia emocional revela aspectos en los que debes trabajar. Pero, recuerda que siempre puedes contar contigo mismo en el futuro. Confía en tu capacidad para superar cualquier desafío, ya que siempre estarás ahí para ti y sabrás cómo hacerlo.

Soltar es amarte a ti mismo en su máxima expresión.

Síndrome compresivo del túnel carpiano

El túnel carpiano es un canal estrecho ubicado en la cara anterior de la muñeca, situado entre los huesos de la muñeca y el ligamento anular del carpo.

El nervio mediano, encargado de llevar los impulsos nerviosos del cerebro hasta la mano, atraviesa éste túnel junto con los tendones que nos permiten cerrarla. Cuando la zona se tensiona, los tendones se inflaman dentro del túnel y comprimen el nervio mediano.

El síndrome compresivo del túnel carpiano es una condición causada en la mayoría de los casos por llevar a cabo constantemente movimientos de tensión  y fuerza con la mano o por mantenerla en la misma posición por periodos prolongados de tiempo. Afecta a hombres y mujeres de todas las edades, y se observa frecuentemente entre los trabajadores que realizan tareas que requieren repecición de movimientos con las manos y dedos.

Entre los síntomas más frecuentes cabe destacar adormecimiento de los dedos, sobretodo del pulgar e índice, dolor y sensación de corriente. También es frecuente la sensación de pérdida de fuerza y torpeza funcional para coger cosas.

En los casos más severos, puede haber una pérdida total de la sensibilidad y fuerza de los músculos de la eminencia tenar.

Los estiramientos isométricos ayudan a aliviar el dolor de los músculos del brazo y del hombro, que en algunas ocasiones puede generar confusión y confundirse con éste síndrome.

Ejercer presiones en los puntos sensibles que se encuentran alrededor de la muñeca, junto con estiramientos suaves de los dedos y de la musculatura del antebrazo ayuda también a mejorar esta sintomatología.

Nutrición y enfermedad: Premisas de una alimentación sana y equilibrada

La alimentación es considerada como un instrumento para la prevención de enfermedades, por lo que resulta evidente la necesidad de invitar a la población a conocer y aplicar una alimentación equilibrada, para prevenir e incluso tratar muchas enfermedades crónicas como la hipertensión o la diabetes.

Se ha demostrado científicamente que nuestros genes sólo condicionan entre el 10 y el 20% del riesgo de sufrir una enfermedad. El resto está dictado por nuestro estilo de vida, incluyendo factores psicológicos y sociales y, por supuesto, la comida. Por lo tanto, el entorno es en gran medida responsable del estado de salud del individuo.

Con los medios de comunicación que disponemos actualmente, es muy sencillo obtener información sobre alimentos saludables o una alimentación equilibrada. No obstante,  muchas personas necesitan un refuerzo para afrontar la toma de decisiones y prepararse para un cambio o adaptación. Puede ser que no lo hayan hecho antes por miedo, o incluso por rutina. Por ello, la tendencia nutricional actual le da a la alimentación un enfoque integral, contemplando otros factores que puedan interferir en el proceso.

A continuación, vamos a enumerar las principales premisas que debes llevar a cabo en una alimentación sana y equilibrada:

  1. Elimina los alimentos procesados y ultra procesados.
  2. Consume alimentos vegetales crudos, enteros y sin procesar a diario. Vegetales variados (verdes, de hoja, crucíferas), frutas, bayas, legumbres, cereales integrales, semillas, especias, hierbas, algas, hongos…
  3. Favorece la cocción a baja temperatura, o tiempos cortos de cocción.
  4. Incluye la fruta diariamente.
  5. Aumenta el consumo diario de proteínas vegetales (legumbres, cereales integrales, semillas oleaginosas, algas, soja, productos fermentados). En cuánto a proteína animal opta por las de alto valor biológico (rica en aminoácidos esenciales) como el huevo, pescado, carne magra.
  6.  Hidrátate bien durante todo el día. Bebe agua pura filtrada o infusiones. Elimina el azúcar, los refrescos, las bebidas 0% y los zumos de fruta industriales.
  7. Lee las etiquetas y evita los alimentos compuestos por más de 5 ingredientes como azúcar, siropes, sal…
  8. Consume productos orgánicos para limitar las toxinas, los plaguicidas y los antibióticos, y evita comer alimentos
    pobres en nutrientes.
  9. Haz una lista de los alimentos saludables que te gustan y prepara una lista de la compra que te servirá para no comprar
    alimentos procesados.
  10. En cuanto a aceites,  el aceite de oliva es excelente. Consúmelo de forma cruda o a bajas temperaturas.

Como hemos dicho anteriormente, la alimentación es un factor clave para la prevención de enfermedades y la promoción de la salud. Sin embargo, no es suficiente. También es necesario mantener un nivel adecuado de actividad física. El ejercicio físico nos ayuda a regular nuestro cuerpo, ya que gastamos la energía que obtenemos de los alimentos, que de otro modo se acumularía en nuestro cuerpo en forma de grasa, pudiendo dar lugar a sobrepeso y a las enfermedades vinculada al mismo.

El Ruido de Fondo

 

La mayoría de las personas nos sentimos felices o tristes y andamos perdidos en cuanto a los motivos que han causado que estemos así. Son múltiples las cosas que forman parte del día a día. Nos levantamos y ya tenemos una predisposición a ver los acontecimientos del día que comienza de una manera u otra según hayamos dormido. Si desayunamos en gran cantidad, la pesadez comienza a hacer que nos sintamos poco predispuestos a la acción, lo que nos puede causar sensación de tristeza.

De pronto, de una manera fugaz, pasa por nuestra cabeza el recibo de la luz pendiente de pago. Este flash pasa a un segundo plano cuando alguien nos reclama su atención para hacernos ver que hemos dejado cualquier otra tarea pendiente. Esto que, en otras ocasiones tomaríamos a broma o quitándole hierro, se convierte en una agresión. Nos vemos respondiendo a nuestro interlocutor de forma desproporcionada ¿Cuál ha sido la causa de nuestra respuesta?

Podríamos decir que lo que aquella persona nos ha dicho, pero sería falso. Es un cúmulo de circunstancias, en muchos casos ajenas a nuestra conciencia, el que ha ido configurando nuestro estado: informaciones internas y externas que se pueden dar por debajo del reconocimiento de la conciencia que producen respuestas emocionales.

Como vemos, debajo de la conciencia se suceden numerosos procesos que configuran su base, procesos que generan murmullo, un ruido de fondo, del que emergen gritos señalándonos lo inmediatamente importante para hacer. La pregunta es ¿Qué emoción tenemos cuando no tenemos emoción? ¿Qué emoción trasluce en nuestra cara?

Las variaciones de la emoción son infinitas, aunque sólo tengamos una docena de palabras para definirlas. Todos tenemos un nivel de base en nuestra emocionalidad, que sería equivalente de modo metafórico a nuestra tasa cardiaca en reposo, a partir del que oscilamos, subimos o bajamos para terminar volviendo a él. Seguro que conoces gente que siempre está alegre o siempre parece cansada, con independencia de los acontecimientos externos. Gente muy variable y otra muy estable. Este nivel basal puede venir determinado genéticamente o aprenderse, y por tanto ser modificable.

En todo caso, marca nuestro punto de partida y el espacio de cambio emocional. Tomar conciencia de ese “ruido de fondo” es el primer paso hacia nuestra transformación.

Gracias

Los Pies también hablan

Quizá has hecho el test que te propuse en el artículo anterior para poder tomar conciencia del apoyo de tus pies. Continuando con ese artículo, y extraído del libro “Conocernos” ¿Qué nos quiere decir el cuerpo con la enfermedad?, os voy a seguir hablando de los pies.

¿Qué nos quieren decir nuestros pies?

Los pies son el soporte sobre el que nos asentamos, nuestro punto de apoyo en el suelo, la base sobre la que nuestro cuerpo se sostiene para poder estar de pie, para desplazarse, para moverse, para ir hacia delante. Son nuestro contacto con la tierra, con la vida, con los demás. Los pies, por tanto, representan nuestras posiciones, afirmadas y reconocidas y, como consecuencia, los criterios con los que regimos nuestra vida, nuestros ideales y nuestras convicciones. Simbolizan el papel oficial que interpretamos, nuestras actitudes, nuestros apoyos en las relaciones, sobre todo suelen estar vinculados a la madre y a nuestro arraigo. Por último, son también símbolo de libertad ya que nos permiten el movimiento.

Los pies nos muestran de qué manera avanzamos por la vida: Unos pies grandes indican a una persona que en su infancia estuvo muy unida a su madre. Es posible que tenga cierta tendencia al materialismo. Por el contrario, unos pies pequeños nos indican que el apoyo lo encontraba en lo paterno y puede tratarse de personas atraídas por lo intelectual y lo espiritual. Unos pies planos corresponden a una persona que busca el afecto de la madre, cuando soy niño no quiero separarme de mi madre, o ella…..”Me impide despegarme y me clava al suelo”, “estoy aplastado por mi madre”. El pie con una excesiva bóveda plantar asemeja a una persona que se acurruca y se repliega sobre si misma expresando así su necesidad de autonomía en relación a la madre. “Me resisto al agobio de mi madre”.

Las personas con unos pies pesados están firmemente arraigadas al suelo, a la seguridad. Son personas de fiar, constantes y realistas y poco dadas al plano intelectual.

Pies calientes: Es el arquetipo de la dulzura, sinónimo de bienestar. A las personas que tienen los pies calientes les hubiera gustado que su madre fuese más buena, dulce, cálida, más amorosa. Pies fríos: “Mi madre es fría, no tengo ganas de tocarla, porque su contacto es desestabilizante”.

Las personas que caminan sobre las puntas de los pies tienen un grave problema con la madre: “No la quiero ver, no la quiero tocar”. Al mismo tiempo tienen poco contacto con la realidad, no echan raíces en ninguna parte y son poseedores de grandes sueños, fantasías y enorme creatividad. Caminar con los pies hacia fuera puede ser un signo de apertura, de extroversión; lo contrario, es decir, caminar con los pies mirando hacia adentro, nos hablaría de una persona tímida que tiene miedo a  avanzar, “voy, pero no tengo ganas de ir”. Por su parte aquellas personas que caminan apoyándose principalmente sobre su talón, como si fueran pisando huevos, tienen la tendencia de rehuir la vida ya que por  la postura que adoptan son propensos a ser derribados hacia atrás fácilmente.

Los callos en los pies expresan nuestra necesidad de protegernos de nuestra madre. “Necesito protegerme de mi madre”. Fascitis plantar: Cólera en relación a la madre o la función materna. Rabia reprimida. “No tengo derecho a expresarla”.

Espolones calcáneo: (hueso del tarso que forma el talón). Acusarse profundamente a uno mismo, a lo que se es.  Verse obligado a frenar en seco. Sentimiento de no encontrar apoyo o que hemos perdido algún apoyo.

Tendinitis tendón de Aquiles: Permite la propulsión del cuerpo. “Desvalorización en la impulsión vivida en el presente” real o simbólica, y a veces es subjetiva. La planta del pie representa a la madre, pero a nivel simbólico, es la casa donde se encuentra la madre, la casa familiar. “No tengo derecho a marcharme de casa”, a poner el pie en el suelo para marcharme. “He querido marcharme, pero no he podido”. Me culpabilizo de pensar que quería marcharme.

Pie inmovilizado= situación no aceptada Por lo tanto, los problemas en los pies hablan de los conflictos que cada uno tiene en relación con la madre, (puede tratarse también de una madre simbólica que protege: la Seg.Social o las Ayudas Estatales…etc.) y de su posición frente al mundo. Nos indican que las posiciones que tomamos o mantenemos carecen de fiabilidad o de seguridad. Es propio de las personas que tienen miedo, de las que temen expresar sus propias opiniones, de las que no se sienten a gusto consigo mismo o no aceptan la posición que mantienen en ese momento. También puede expresar la percepción de no avanzar, de estar estancado, de dar vueltas en torno a lo mismo, quizás por no saber qué actitud tomar frente a una situación, por “no saber adónde ir”.

Cuando la tensión se manifiesta en el pie derecho, significa que tiene relación con lo masculino y, cuando se presenta en el pie izquierdo, tiene relación con lo femenino.

Para cada dedo del pie izquierdo, comenzando por el pulgar, le corresponden las siguientes energías: tristeza, emociones y creatividad, amor, optimismo, confianza y sexo.

Para los dedos del pie derecho, comenzando de nuevo por el pulgar, son las siguientes: alegría, deseo, agresividad y decisión, apego, miedo e inseguridad.

Ahora sí, veamos cómo se interpreta: Dedo liso: expresa los sentimientos o las consideraciones de tipo intelectual de forma modesta pero decidida. Dedo en bloque: la energía que refleja este tipo de dedo puede expresarse de forma demasiado brusca. Es innegable que se trata de una persona poco flexible, de carácter dominante y muy poco dada a la negociación. Dedo con abultamiento: Cuando encontramos esa pequeña protuberancia bajo el dedo podemos estar seguros de que existen aspectos que no se aprecian a primera vista. Estamos ante una gran cantidad de energía oculta.

Dedo con callo o juanete: los juanetes indican siempre que se está ocultando alguna emoción. Cuando el dueño o la dueña hacen algo que, por la razón que sea, no consideran correcto, es muy probable que encontremos un juanete en el dedo relacionado con la expresión de ese sentimiento. Cuello de botella: un dedo con esta forma, como si lo hubieran apretado en la parte central, revela que la energía se estanca temporalmente y, como en un embotellamiento de tráfico, no hay posibilidad de aumentar su velocidad de salida.

Dedos anchos y grandes: pertenecen siempre a personas muy dotadas para la argumentación dialéctica, que hablan largo y tendido. Dedo torcido: un dedo así indica un cambio del rumbo general. Pertenece a una persona con un principio muy distinto a su final. En un dedo torcido (en la raíz) representa una determinada reacción que luego cambia e impide que el mundo exterior reconozca la anterior energía, es decir, se niega la energía original y se presenta como procedente de otras fuentes.

Dedo ladeado: en este caso se trata de que su dueño o dueña demuestra cosas distintas a las que realmente piensa o siente. Esta configuración no permite que la energía se mantenga en su dirección original. Dedos doblados: los dedos que se doblan ajustándose a la línea del pulgar y el meñique indican cierta capacidad para la manipulación. Dedo en tensión: cuando se produce tensión en un dedo cualquiera, estamos ante un cambio en marcha. Con frecuencia, éste presenta un color distinto a los demás producido por el aumento de energía y actividad. Dedo desviado: un dedo desviado de su dirección original que se inclina hacia el meñique demuestra una completa superación del pasado y una necesidad de abordar rápidamente el futuro. Ansias de éxito rápido. Dedo con la punta cuadrada: indica una forma intransigente de expresar la energía. Se trata de una persona que no está sobrada de tacto y que sabe defenderse cuando la atacan. Así soy yo, y no quiero cambiar.

Marcas abultadas y horizontales en la uña: oleadas en el terreno de las emociones. La energía conectada con un dedo que tiene ese tipo de uña causa inestabilidad emocional. Dedo levantado: este tipo de dedo apunta al aire y carece de conexiones con la tierra. El carácter correspondiente es fantástico y presenta tendencia a soñar despierto y a evadirse de los problemas o de la realidad que no le satisface. Dedo en gancho: refleja que su dueño o dueña ha sufrido fuertes imposiciones del mundo exterior por parte de alguna autoridad dominante que no le ha permitido expresarse sin libertad. Dedo redondeado: la punta redonda indica que la expresión se suaviza en los puntos finales. La personalidad correspondiente a la forma redonda adopta actitudes tácticas por naturaleza y pude ser dócil y temerosa de emitir su propia opinión. Forma de espátula: esta forma facilita la expresión de una gran cantidad de energía que se manifiesta con fuerza y, por lo general, de modo imprevisto.

Para terminar, como siempre,  te invito a que te saques los zapatos, mires tus pies y empieces a descubrir más sobre ti mismo

Gracias

Sanando a nuestro niño interior

 

 

 

La mente es poderosa. Nos arrastra de un lado a otro, nos sumerge en el pasado o nos hace temer al futuro. A veces, nos atrapa en círculos de pensamientos y emociones que nos mantienen en la misma realidad una y otra vez.

No obstante, es importante tener en cuenta que los pensamientos y emociones que experimentamos no son parte de nuestra verdadera identidad, sino patrones, creencias y paradigmas que hemos adoptado a lo largo del tiempo por nuestra interacción con la cultura y la sociedad. Estos factores nos distraen del presente, el cual podríamos alcanzar conectándonos con nuestro cuerpo, nuestros potenciales y nuestra auténtico Ser.

Durante la infancia se nos enseña a definir quiénes somos, cómo debemos comportarnos y pensar. Esta enseñanza condiciona nuestra identidad a la personalidad, creando una separación entre esta y nuestra esencia espiritual. La educación convencional, centrada en la enseñanza y en la perpetuación de arquetipos culturales, nos lleva a enfocarnos en lo intelectual en lugar de en lo espiritual y emocional, generando personalidades arquetípicas para mantener el statu quo. La cultura, a través de los padres, nos transmite creencias limitantes surgidas de frustraciones y comportamientos que, aunque parezcan normales, en realidad no lo son. Los padres no son conscientes de que su hijo replicará esas mismas conductas en el futuro consigo mismo o con los demás, y viceversa. Las emociones vinculadas a esas creencias limitantes son las que el hijo heredará y repetirá.

Nuestro niño interior herido es el yo infantil afectado por emociones disruptivas que se han arraigado en él. Estas emociones se han grabado en el subconsciente y se repiten en la edad adulta debido a ciertas circunstancias o actitudes de otros. Estas emociones nos recuerdan que aún hay heridas por sanar. Es normal sentirnos afectados por ellas, ya que todos tenemos vulnerabilidades que pueden desencadenarlas. Es importante reconocerlas y comenzar el proceso de sanación para encontrar la paz interior. No debemos olvidar que las emociones disruptivas son una parte natural de la experiencia humana y que no hay que reprimirlas. Aceptarlas y permitirnos sentirlas es el primer paso para trabajar en sanar esas heridas emocionales. Al conectarnos con nuestro niño interior herido, podemos comprender mejor nuestras reacciones y aprender a brindarnos el cuidado y la comprensión que necesitamos.

Para reconectar con nuestro verdadero Ser, debemos llevar la conciencia al cuerpo a través del movimiento significativo. Es vital enfocar los sentidos en percibir la vida y nuestras sensaciones, sin juzgar, manteniendo la conexión con la respiración constante. La respiración consciente y los labios entreabiertos nos sumergen plenamente en la experiencia, alejándonos de la mente activa y cultural. Para fortalecer este proceso, es importante que nuestra conciencia se acostumbre a estar presente en el aquí y el ahora. Por lo tanto, cada día repetiremos y cuantas más veces mejor la afirmación: “Siento este momento con todos mis sentidos”, dirigiendo nuestra atención a cada uno de ellos. Al practicar la atención plena en el momento actual, nos acercamos cada vez más a nuestra verdadera esencia. Recuerda, aceptar y sentir nuestras emociones es el primer paso para encontrar la paz interior y vivir en armonía con nuestra auténtica identidad.