El dolor de cabeza aparece frecuentemente cuando intento con una fuerza extrema o demasiado fuerte realizar algo, o cuando estoy obsesionad@ e inquiet@ por lo que me espera en el futuro. Por ejemplo, el estrés y la tensión cuando me esfuerzo tanto como puedo para estar de cierto
modo o para hacer tal cosa.
Vivo en este momento mucha ansiedad y preocupación. Así, puedo reaccionar a fuertes presiones ejercidas por situaciones o acontecimientos que me rodean. Puedo vivir un sentimiento intenso de fracaso, duda, odio o una fuerte sensación de autocrítica.

El dolor de cabeza puede provenir también de la negación y de la supresión de pensamientos o sentimientos que creo inaceptables o desaprobados. O bien no tengo el valor de expresarlos, o simplemente no los atiendo, porque los racionalizo «esto está bien, esto está mal». Quizás quiero comprender demasiado, o ir demasiado deprisa.

La inseguridad, la necesidad de querer ser perfect@, o el miedo a hacer frente a cierta realidad, son factores desencadenantes del dolor.

Un dolor de cabeza a nivel de la frente nos indica conflicto relacionado con el entorno laboral o social, mientras que un dolor a nivel lateral, será un conflicto a nivel emocional.

Cualquiera que sea su causa, el dolor estará directamente vinculado a mi individualidad y deberé aprender a ser más paciente y flexible hacía mí y hacia los demás.

La migraña expone mi resistencia vinculada a mi incapacidad de cumplir lo que me es pedido. Mi cabeza, se «sobrecalienta» y me hace daño sólo
con la idea de que el objetivo me parece inalcanzable. La presi
ón es tan fuerte que no sé qué actitud o decisión debo tomar. Existe un conflicto entre mis pensamientos y mis necesidades y deseos personales. Debo ser consciente de que estoy huyendo de lo que me molesta o siento incomprensión o falta de afecto por parte de alguien.

Las migrañas también pueden estar vinculadas a problemas sexuales, represión desde la infancia o una lucha interna entre pensamiento- sexualidad.

Para mejorar el dolor, tomaré conciencia de que debo cambiar las cosas, y puedo cambiarlas pasando a la acción. Dejo los acontecimientos fluir libremente en mi vida y recibo a cambio alegría, paz, armonía.

Desde ayudándome, te invitamos a reflexionar sobre tu relación con el esfuerzo, y te proponemos prácticas de relajación, aprendiendo a eliminar tensiones, sobre todo de la parte alta de tu columna vertebral, liberando tus hombros, cervicales, articulación temporomandibular (ATM), movimientos oculares, junto con una respiración consciente, implicando la fascia cérvico-toraco-diafragmática, disminuyendo la intensidad del dolor.