Nuestros Pies, una Obra Maestra de la Biología

 

 

 

Los pies, nuestras bases de apoyo, nuestro contacto con la tierra  y sin embargo, que poco los conocemos y que poca atención les prestamos.

Incluso, vamos más allá castigándolos hasta deformarlos con el calzado que nos impone la moda, la cual ni conoce ni respeta en absoluto su forma natural, sino todo lo contrario, antepone la imagen a la salud.

El pie es un elemento básico y fundamental de nuestro organismo. Una obra de ingeniería compuesta por más de 26 huesos y  100 tendones cuya misión es sujetar y equilibrar el peso de cada persona. Los huesos del pie se multiplican de atrás hacia delante, para darle al pie una forma ensanchada en su parte anterior, como un abanico. Cuando el pie presenta un eje correcto  se apoya, en su parte posterior, sobre las dos tuberosidades posteriores e inferiores del calcáneo, por su parte anterior, por la parte interna sobre la cabeza del primer metatarsiano y, por la parte externa, sobre la base del 5º metatarsiano. Estos tres puntos de apoyo deben estar a la misma altura y recibir el mismo peso corporal.

Los pies son los cimientos del cuerpo. Un mal apoyo de los pies repercute en el resto del cuerpo, y viceversa, ya que los diversos elementos

de dicho cuerpo  deben conseguir, aunque sea forzando a que trabajen de forma correcta para  que las personas mantengan su equilibrio al andar.

La gravedad no aplasta el arco plantar, sino que lo eleva. Cuando el arco del pie se aplana en el suelo es porque los pilares, sin un centro sólido, ceden siendo la rotación interna del fémur la que hace bascular el pie y tumbar el arco interno dando la sensación de un pie plano.

Los tres puntos de apoyo de la planta del pie deben estar a la misma altura, es decir, al mismo nivel. De ahí que el uso de tacones en combinación con la terminación en punta de los zapatos lo único que facilitan es un acortamiento brutal de la parte posterior del cuerpo y de la planta de los pies (esto músculos forman parte de la Cadena Muscular Posterior).

El pie es una estructura perfecta capaz de adaptarse a cualquier tipo de  terreno y no debe ser al revés. Si tenemos en cuenta que andar durante todo el día ejerce sobre nuestros pies una fuerza equivalente a varios cientos de toneladas, no es extraño que muchos dolores de espalda, dolencias de la columna vertebral, piernas fatigadas o sensación de cansancio en general tengan su origen en un mal apoyo del pie.

Nuestros pies son la base que nos sustenta. En ellos nos apoyamos, para caminar, levantarnos y estar de pie. Son además nuestro medio de locomoción más próximo e integrado, por ser parte de nosotros. Son medio de defensa, de ataque y huida. Podemos utilizarlos para dar patadas, defendernos e impulsarnos y como medio de contacto placentero. Son nuestro medio para permanecer arraigados, en la tierra, presentes y realistas.

Como el resto de nuestro cuerpo los pies reflejan nuestro estado, por lo tanto tal como tenemos los pies, así estamos. Si nos identificamos

 con las cualidades, texturas, formas, apoyos de nuestros pies descubriremos algo más de nosotros mismos. Según haya sido nuestro desarrollo y nuestro estado y cuidado, así se mostraran nuestros pies. Todo nuestro estado físico, energético, emocional, mental y nuestra actitud se refleja en los pies. Como todo nuestro desarrollo se refleja en todo nuestro cuerpo, igual en los pies.

¿Y cómo nos afecta esto? Pues que cuanto mejor apoyo hayamos tenido mejor nos apoyaremos en la realidad, cuanto más hayamos andado sobre nuestros pies más seguros nos sentiremos. Cuanta más planta apoyemos a cada paso más seguridad y amplitud tendremos. Cuanto más relajados estén nuestros pies y nosotros, nuestro órganos vitales estarán más relajados, sin opresiones y por lo tanto nuestra salud mejorará.

Generalmente les hacemos poco caso a nuestros pies, salvo cuando nos duelen, o nos dan problemas para caminar o estar de pie. Pero lo ideal sería no esperar hasta ese momento, sino prestarles mucha más atención habitualmente, antes de que nos duelan. Si ya nos duelen o nos damos cuenta de que no les hacemos mucho caso, os voy a proponer un pequeño test como primer paso para que observéis vuestros pies y veáis, notándolos, como están apoyados vuestros pies en el suelo.

Ponte de pie, con los pies separados a la anchura de tu cadera, las rodillas ligeramente flexionadas, respirando normalmente,  y notando como al respirar tus rodillas te sirven de amortiguados y flexibilizan tu apoyo en el suelo. Nota tus plantas, y percibe su apoyo. Mantente atento y en contacto con tu respiración, tus pies y la postura por un rato y observa:

¿Te balanceas? ¿Estás inmóvil?, quizás tiendas a apoyarte más en la zona de delante, sobre los dedos, o tal vez lo hagas en los talones; quizá más en un pie que en el otro, o quizá te apoyes más en la cara interna o externa del pie. Los dedos de tus pies, ¿se apoyan en el suelo o están en «garra»?.

Te invito a que realices este pequeño test, ya que todas estas observaciones te ayudarán a tomar conciencia  de tu apoyo y por lo tanto de tu estado vital, para que puedas darte cuenta de qué manera avanzas por la vida, y puedas conocerte mejor.

Gracias